


Escupiendo por la calle, de lentes negros y sin deberle nada a ningún gil una gurisa va tarareando una melodía que graba con su celular
Escupiendo
por la calle, de lentes negros y sin deberle nada a ningún gil una
gurisa va tarareando una melodía que graba con su celular para después
pasarla a la guitarra y producirla como se debe. Se debate quién es,
quién quiere ser, en qué mundo vive y en cuál quiere vivir; y eso, hoy
en día, no es poca cosa.
Hace unos meses, Charlie presentó su
segundo trabajo, MICROONDAS,
en el que se aprovecha de los recursos de la canción pop/rock
para
contar lo mucho que la piensa y lo poco que le importan las
convenciones, los clásicos, la gente plástica y, seguramente, mi
opinión.
MICROONDAS
se abre con 4PM
EN URUGUAY
y en su estribillo potente -con un bajo a lo Dear
Prudence–
Charlie nos canta que no quería dejarse llevar por su forma de pensar,
casi como diciendo que no le quedó otra que hacer un disco así, cocido
en su microondas mental. Es una composición transparente: “Ojos
púrpuras, cósmicos / Eso no tuvo nada que ver con la canción / Pero su
imagen sin querer se apareció”. La frase “¿Quién soy yo para
cuestionar?” me hace pensar en la canción Esclavos
Modernos
de su primer EP, Cráneo
donde ironizaba sobre la idea de cuestionarse la sociedad estúpida en
que vivimos: “Nena, por favor / cortala con la revolución. / Vos no
sabés lo que es / trabajar de 10 a 10”.
En el segundo tema y primer
single del disco, Charlie, muy iconoclasta, nos revela sin pudor que
nunca vio CIUDADANO
KANE,
«la mejor película de todos los tiempos» y que no podría importarle
menos. Se siente orgullosa de su generación, la de artistas que se
presenta en Tatú, en el Ducón o en el Andrómeda, la que se bancó la
pandemia y la que se junta en cada plaza de Montevideo a rapear, a tocar
la guitarra o a bailar plena. Charlie canta como habla, sin impostar su
voz, despreocupada, como si no lo pensara mucho.
BILLY
EL RATÓN,
es el primer tema del disco con una intro propiamente dicha. Cuenta una
historia que no entiendo demasiado, aunque me gusta y me hace pensar que
podría ser parte de una película del viejo oeste, con el piano vertical
sonando en un bar. De nuevo aparece el cuestionamiento ajeno cuando se
rompe con el comportamiento esperado: “Escupo en la calle / y un viejo
me mira muy mal”. Así como la tentación de caer en un futuro prolijo:
“Quiero casarme con ese señor / porque él es para mí / y yo soy para
él”.
Esta tensión entre adoptar la norma y anhelar ser algo que no
se es, o burlarse de ese mundo perfecto reaparece en UÁCALA:
“Evidentemente te operaste la nariz. / ¡Está todo bien! / Yo no voy a
decir nada” o “Decime que me amás (no, mejor no)”.
En TORNADO
DE BASURA,
la canción más larga del disco, Charlie nos enfrenta con el peor lado de
la ciudad. Nos cuestiona –a
quienes tenemos tiempo para leer estos textos, para escuchar estos
discos–
sobre cómo toleramos vivir en un lugar con más de 3.000 personas en la
calle
y 50.000 casas sin
gente.
Nos enfrenta con nuestra aporofobia (”Hay culpa en tu mente / No sabés
por qué les temes”), con nuestras falsas caras de «disculpame, no tengo
un peso» doblando la esquina para armar un porro o comprar una
Norteña.
No hay un pelo de romántico en la canción. Charlie solo pide: “Sáquenme
de acá / No quiero ver más / La eterna suciedad / de la ciudad”,
mientras mira la iglesia del Pastor Márquez y canta el lema que se lee
frente a la espantosa cruz gigante de Tres Cruces: “Por la bendición de
los rectos / la ciudad será engrandecida”. Merece una mención aparte el
interludio de sintetizadores que transmite el ruidaje montevideano, las
sirenas, el tránsito y que hasta nos deja sentir el peso de la humedad y
de la culpa.
Si el disco viene de la crítica social cruda de
TORNADO
DE BASURA
en la canción siguiente XGENCIA.01
está la crítica personal, la ansiedad generacional, la productividad y
la comparación entre pares. Otra vez Charlie duda,
se entrevera y hace de ese entrevero una canción y por ende una
situación compartida.
Un problema propio se transforma en un problema de quien escucha. Es la
canción menos «en vivo» del disco y quizás la más «hacia
adentro».
AUDIO2022,
es la séptima, la más lo-fi y mínima. Parece desprenderse de la canción
anterior. Es como si Charlie, en su búsqueda de ganarle a la exigencia,
se hubiera ido a una fiesta a la que se arrepiente de haber ido. Al
igual que en casi todo el disco, el final de la canción es muy original:
parece haber terminado y renace para morir con una guitarra acústica y
una melodía de un sintetizador que suena a onda cuadrada, a jueguito del
Family.
CIRCE
también parece nacer del final de la canción anterior, pero esta vez en
ritmo de swing,
con contrabajo y batería con escobillas, sin sonidos digitales. La
sensación que transmite la canción es un poco la misma que las dos
anteriores: tristeza, soledad, falta de motivación para salir de la
cama. La única salvación parece ser Circe, sí tan solo la pasara a
buscar.
BEBÉ
OJOS TRISTES
es misteriosa, críptica. La reina de España decapitada, se mezcla con un
amor entre tóxico y romántico. No repite ninguna frase melódica ni
ningún verso, excepto por el “Bebé Ojos Tristes” que parece referirse a
otra persona, hasta que nos devela que es ella misma. Algo de la canción
me hace acordar a “Shake the moon” de Marlango.
Mi tema preferido
para escuchar sin pensar mucho es ASÍ
NOMÁS,
una canción perfecta para ser cantada con Leandro Aquistapacie. Charlie
canta haciendo melismas -no canta una nota por sílaba como cualquier
mortal- pero no sobreactúa. Quizás sea la cara B del amor roto de
BEBÉ
OJOS TRISTES.
Una reflexión tardía pero madura de un vínculo o de una amistad que se
va: “Ya lo sabés, / pensé unas cosas feas / de vos / de mi”.
Paradójicamente es una música muy soul,
muy yanqui pero con una letra bastante montevideana. Eso pasa en todo el
disco: letras sobre temas «nuestros» conviven con una música que no
tiene mucho vínculo con «lo uruguayo», ni con la música de nuestra
generación. Sería interesante ver qué pasaría con la mixtura de Charlie
con músicas uruguayas o de la región, en sus trabajos de producción
-como el disco jardín
de Sofacha–
o en sus propias canciones.
El disco se despide con NIÑO
DORMIDO,
una canción de cuna con la armonía y la melodía más simples del disco.
Por primera vez Charlie parece tierna, dispuesta a ayudar a alguien, a
salvarle de lo que a ella le preocupa en XGENCIA.01
o en
TORNADO DE BASURA.
Pero
claro, el disco no podía terminar con la ternura de NIÑO
DORMIDO.
Un microondas no es tierno. Se necesitaba un TORNADO
REPRISE
que volviera a barrer con toda la dulzura, que nos recordara que
Charlie
sigue caminando y cantando por nuestras calles y que nos va a seguir
cuestionando, incomodando y llenándonos de música, como una vieja y
buena amiga.
Por Otro Viejo Meado
Diciembre del 2024
Reseña
//
cuchicheo
arte de tapa de MICROONDAS
Crónicas
Composición,
pianos, guitarras, letra, bajos y voz:
Charlie
Batería:
Roberto
Figueroa
Bajo
en “4 PM EN URUGUAY”: Choki
Giaquinta
Bajo
En “XGENCIA.01” y “AUDIO 2022”: Eugenia
Leal
Contrabajo
en “CIRCE”: Julieta
Taramasso
Coros
y guitarras en “BILLY EL RATÓN”: Paul
Higgs
Flautas
en “NIÑO DORMIDO”: Tamara
Leschner
Piano
y voces en “ASÍ NOMÁS”: Leandro
Aquistapacie
Grabado
por Luis
Balcarce
en QRZ Studio
Mezclado y masterizado por Maxi
Leivas en
CC Rirchards
Producido por Púrpura
Discoteca
FICHA TÉCNICA
Diciembre del 2024
//
Reseña
revista.cuchicheo

Escupiendo
por la calle, de lentes negros y sin deberle nada a ningún gil una
gurisa va tarareando una melodía que graba con su celular para después
pasarla a la guitarra y producirla como se debe. Se debate quién es,
quién quiere ser, en qué mundo vive y en cuál quiere vivir; y eso, hoy
en día, no es poca cosa.
Hace unos meses, Charlie presentó su
segundo trabajo, MICROONDAS,
en el que se aprovecha de los recursos de la canción pop/rock
para
contar lo mucho que la piensa y lo poco que le importan las
convenciones, los clásicos, la gente plástica y, seguramente, mi
opinión.
MICROONDAS
se abre con 4PM
EN URUGUAY
y en su estribillo potente -con un bajo a lo Dear
Prudence–
Charlie nos canta que no quería dejarse llevar por su forma de pensar,
casi como diciendo que no le quedó otra que hacer un disco así, cocido
en su microondas mental. Es una composición transparente: “Ojos
púrpuras, cósmicos / Eso no tuvo nada que ver con la canción / Pero su
imagen sin querer se apareció”. La frase “¿Quién soy yo para
cuestionar?” me hace pensar en la canción Esclavos
Modernos
de su primer EP, Cráneo
donde ironizaba sobre la idea de cuestionarse la sociedad estúpida en
que vivimos: “Nena, por favor / cortala con la revolución. / Vos no
sabés lo que es / trabajar de 10 a 10”.
En el segundo tema y
primer single del disco, Charlie, muy iconoclasta, nos revela sin
pudor que nunca vio CIUDADANO
KANE,
«la mejor película de todos los tiempos» y que no podría importarle
menos. Se siente orgullosa de su generación, la de artistas que se
presenta en Tatú, en el Ducón o en el Andrómeda, la que se bancó la
pandemia y la que se junta en cada plaza de Montevideo a rapear, a
tocar la guitarra o a bailar plena. Charlie canta como habla, sin
impostar su voz, despreocupada, como si no lo pensara
mucho.
BILLY
EL RATÓN,
es el primer tema del disco con una intro propiamente dicha. Cuenta
una historia que no entiendo demasiado, aunque me gusta y me hace
pensar que podría ser parte de una película del viejo oeste, con el
piano vertical sonando en un bar. De nuevo aparece el cuestionamiento
ajeno cuando se rompe con el comportamiento esperado: “Escupo en la
calle / y un viejo me mira muy mal”. Así como la tentación de caer en
un futuro prolijo: “Quiero casarme con ese señor / porque él es para
mí / y yo soy para él”.
Esta tensión entre adoptar la norma y
anhelar ser algo que no se es, o burlarse de ese mundo perfecto
reaparece en UÁCALA:
“Evidentemente te operaste la nariz. / ¡Está todo bien! / Yo no voy a
decir nada” o “Decime que me amás (no, mejor no)”.
En
TORNADO
DE BASURA,
la canción más larga del disco, Charlie nos enfrenta con el peor lado
de la ciudad. Nos cuestiona -a quienes tenemos tiempo para leer estos
textos, para escuchar estos discos- sobre cómo toleramos vivir en un
lugar con más de 3.000 personas en
la calle
y 50.000 casas sin
gente.
Nos enfrenta con nuestra aporofobia (”Hay culpa en tu mente / No sabés
por qué les temes”), con nuestras falsas caras de «disculpame, no
tengo un peso» doblando la esquina para armar un porro o comprar una
Norteña.
No hay un pelo de romántico en la canción. Charlie solo pide:
“Sáquenme de acá / No quiero ver más / La eterna suciedad / de la
ciudad”, mientras mira la iglesia del Pastor Márquez y canta el lema
que se lee frente a la espantosa cruz gigante de Tres Cruces: “Por la
bendición de los rectos / la ciudad será engrandecida”. Merece una
mención aparte el interludio de sintetizadores que transmite el
ruidaje montevideano, las sirenas, el tránsito y que hasta nos deja
sentir el peso de la humedad y de la culpa.
Si el disco viene de
la crítica social cruda de TORNADO
DE BASURA
en la canción siguiente XGENCIA.01
está la crítica personal, la ansiedad generacional, la productividad y
la comparación entre pares. Otra vez Charlie duda,
se entrevera y hace de ese entrevero una canción y por ende una
situación compartida.
Un problema propio se transforma en un problema de quien escucha. Es
la canción menos «en vivo» del disco y quizás la más «hacia
adentro».
AUDIO2022,
es la séptima, la más lo-fi y mínima. Parece desprenderse de la
canción anterior. Es como si Charlie, en su búsqueda de ganarle a la
exigencia, se hubiera ido a una fiesta a la que se arrepiente de haber
ido. Al igual que en casi todo el disco, el final de la canción es muy
original: parece haber terminado y renace para morir con una guitarra
acústica y una melodía de un sintetizador que suena a onda cuadrada, a
jueguito del Family.
CIRCE
también parece nacer del final de la canción anterior, pero esta vez
en ritmo de swing,
con contrabajo y batería con escobillas, sin sonidos digitales. La
sensación que transmite la canción es un poco la misma que las dos
anteriores: tristeza, soledad, falta de motivación para salir de la
cama. La única salvación parece ser Circe, sí tan solo la pasara a
buscar.
BEBÉ
OJOS TRISTES
es misteriosa, críptica. La reina de España decapitada, se mezcla con
un amor entre tóxico y romántico. No repite ninguna frase melódica ni
ningún verso, excepto por el “Bebé Ojos Tristes” que parece referirse
a otra persona, hasta que nos devela que es ella misma. Algo de la
canción me hace acordar a “Shake the moon” de Marlango.
Mi tema
preferido para escuchar sin pensar mucho es ASÍ
NOMÁS,
una canción perfecta para ser cantada con Leandro Aquistapacie.
Charlie canta haciendo melismas -no canta una nota por sílaba como
cualquier mortal- pero no sobreactúa. Quizás sea la cara B del amor
roto de BEBÉ
OJOS TRISTES.
Una reflexión tardía pero madura de un vínculo o de una amistad que se
va: “Ya lo sabés, / pensé unas cosas feas / de vos / de mi”.
Paradójicamente es una música muy soul,
muy yanqui pero con una letra bastante montevideana. Eso pasa en todo
el disco: letras sobre temas «nuestros» conviven con una música que no
tiene mucho vínculo con «lo uruguayo», ni con la música de nuestra
generación. Sería interesante ver qué pasaría con la mixtura de
Charlie con músicas uruguayas o de la región, en sus trabajos de
producción -como el disco jardín
de Sofacha–
o en sus propias canciones.
El disco se despide con NIÑO
DORMIDO,
una canción de cuna con la armonía y la melodía más simples del disco.
Por primera vez Charlie parece tierna, dispuesta a ayudar a alguien, a
salvarle de lo que a ella le preocupa en XGENCIA.01
o en
TORNADO DE BASURA.
Pero
claro, el disco no podía terminar con la ternura de NIÑO
DORMIDO.
Un microondas no es tierno. Se necesitaba un TORNADO
REPRISE
que volviera a barrer con toda la dulzura, que nos recordara que
Charlie
sigue caminando y cantando por nuestras calles y que nos va a seguir
cuestionando, incomodando y llenándonos de música, como una vieja y
buena amiga.


Por Otro Viejo Meado
cuchicheo